Capítulo 04.
—He estado formado más de una hora y media, por favor —rezongó Jungkook.
Ya le dolían los pies de estar parado esperando en esa larga fila.
—Lo siento, sin un recibo de regalo solo te puedo ofrecer créditos en la tienda —explicó cansada la beta que estaba atendiendo al rizado.
Jungkook se encontraba en una tienda tratando de cambiar el horrible regalo que Sunghoon le había dado, pero la encargada del lugar no quería cooperar con su objetivo.
—Gracias, no quiero un crédito de la tienda, de hecho, no quiero regresar jamás a esta tienda —dijo con una sonrisa forzada el ojiverde.
—Tenemos cosas realmente hermosas, ¿te has probado nuestros skinny jeans? —preguntó la mujer con una sonrisa.
—Disculpa —se escuchó una voz masculina pero suave y delicada al mismo tiempo que hizo que volteara rápidamente en busca del poseedor de esa maravillosa voz.
Cuándo logró vislumbrar al dueño de esa voz, un lindo chico con olor a frutos rojos, almendras y vainilla llegó a sus fosas nasales llegando directo a su cerebro, haciendo que el alfa de Jungkook pusiera a alerta todos sus sentidos.
Un omega. El chico era un omega.
Era un omega muy hermoso al parecer del rizado y su alfa, con sus hermosos ojos azules, su rebelde cabello rubio, sus largas y espesas pestañas acariciando en un delicado toque sus marcados pómulos y sus carnosos labios color carmín.
Y, oh, mierda.
El omega se cargaba un cuerpo con unas curvas de infarto, su definida cintura y sus anchas caderas dándole una hermosa y proporcionada figura, dándole una definida forma de reloj de arena.
El alfa quería posar sus grandes manos sobre esa estrecha cintura y apretujarla, estaba seguro que encajarían a la perfección.
Ese omega era simplemente perfecto. Y para su suerte, logró divisar la piel de su cuello donde no había ninguna especie de marca, la piel blanca de su cuello estaba careciente de alguna marca de unión.
—Cocodrilo Dundee, algunos tenemos que trabajar —dijo en tono fastidiado el dueño de aquella voz que hizo a Jungkook volver en sí y que a su alfa lo hizo correr en círculos moviendo su colita emocionado por haber sido notado por aquel hermoso omega poseedor de unos hermosos fanales indigos.
—Dundee, qué original —respondió sarcástico tratando de ignorar a su lobo y volteándose de nuevo en dirección a la beta que lo estaba atendiendo pero se detuvo al instante—. Espera, ¿por qué piensas que no tengo empleo? —preguntó confundido.
—Estás en un centro comercial un miércoles por la mañana devolviendo pantalones de soccer —respondió cómo si fuese obvio.
—Pues estos son pantalones de algodón, muchas personas con empleo los usan —dijo sacando los pantalones de la caja para mostrárselos.
—Te refieres a que usan pantalones de algodón y no les importa —respondió caminando hasta llegar a la altura del ojiverde, colocándose frente al mostrador de la beta—. Hola, ¿qué tal? Vengo a hacer un cambio rápido —informó.
—¡Oye! —se quejó Jungkook al ver que aquel omega le había quitado su lugar como si nada.
—¿Y el recibo? —preguntó la mujer a cargo del mostrador.
—No traía ningún recibo, solo con la suposición de que estaría solo por siempre y que aparentemente comería hasta tener el cuerpo del tamaño de un enorme leñador —respondió sacando la pijama de su bolso y mostrándole el inmenso tamaño que la prenda poseía.
—Le atinaron —se burló Jungkook haciendo una voz más aguda.
—¿Sabes qué? Mi navidad de por si apestaba, así que puedes ir a "atinarle" a otro lado si no quieres que yo te atine unos buenos golpes —le contestó Jimin ya un poco molesto.
Tiene carácter. Pensó Jungkook.
"Trata bien a ese omega, es mío" rugió su alfa.
Jeon frunció el ceño confundido por lo que su alfa le había dicho. ¿Su Omega?
—Mm, yo creo que iré por un supervisor —se disculpó con una sonrisa forzada la beta.
Jungkook sintió que alguien le tocaba un par de veces su hombro derecho para poder llamar su atención.
—Te daré 20.000 wones por los pantalones y un cupón de pretzel de dos por uno —ofreció un beta de ojos azules y cabello rojizo.
—Estos son 35.000 wones en pantalones, no hay trato —respondió el ojiverde con el ceño fruncido.
El omega de ojos azules solo lo observó con una mueca pintando su lindo rostro.
—Oye, si te sirve de consuelo, el omega que fue mi pareja y que me engañó en mi propia cama, me regaló estos feos pantalones y le dije una mentira a mis padres que probablemente sea la cagada más grande que me he aventado —trató de hacer alguna especie de conversación con el chico que era unos centímetros más bajito que él.
—Ya vi tus feos pantalones, y eso no es nada, estuve en la mesa de niños, mi hermanito tendrá un bebé con su omega y vi a un santa del centro comercial haciéndole sexo oral a mi tía —dijo el omega con una mueca de asco al decir lo último.
—Eso es... —carraspeo incómodo—. Una imagen festiva —respondió con una mueca de desagrado el alfa.
—Cauterizado en mi cerebro como un feo tatuaje —respondió con su rostro neutro al tratar de no recordar esas horribles imágenes.
—Yo una vez me hice un tatuaje feo —habló el beta pelirrojo de hace un momento alzando su camiseta y mostrándole a la pareja el tatuaje que se encontraba plasmado sobre su torso.
—¿Ese es Matt Lauer? —preguntó con una ceja alzada el omega viendo lo extraño que era ese beta.
—Era un gran fan de Today show —explicó avergonzado.
—Lo siento —los interrumpió la voz de la beta que los estaba atendiendo—. Estos son de hace dos temporadas —Jimin abrió los ojos con leve molestia—. Te puedo ofrecer un crédito de la tienda al precio actual de 10.000 wones —dijo cómo si fuese una gran noticia.
—10.000 —dijo Jungkook en voz baja exagerando los movimientos de su boca al decir la cantidad y soltando un silbido.
—¿10.000? —preguntó incrédulo el rubio—. ¿10.000? —repitió—. Increíble, mi hermana se hizo una tacaña desde que tuvo hijos —dijo molesto.
—Se verían lindos si les cortas las piernas —interrumpió de nuevo aquel beta llamando la atención del ojiazul y el rizado—. Como pantalones capri —dijo con una sonrisa.
Jungkook tomó en un puño la pijama y lo colocó sobre la caja donde venían sus pantalones.
—30.000 por todo —ofreció.
—¡Oye! —se quejó Jimin.
—Como si te fueras a hacer unos pantalones capri con esa pijama —respondió con obviedad.
—Tal vez lo haga —dijo el ojiazul cruzando sus brazos—. Tengo mi lado artístico —respondió con una sonrisa ladina de autosuficiencia.
Jungkook lo miró de pies a cabeza —De acuerdo —aceptó con una mueca.
—20.000 —ofreció el pelirrojo.
Jimin alzó una ceja —25.000 y también tu cupón de dos por uno —ofreció como última alternativa.
—Trato hecho —sonrió complacido el beta.
Alfa y omega se miraron con una sonrisa por haberse deshecho de esas horribles prendas de ropa.
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